jueves, 28 de febrero de 2008

Sr. Libertad



Hoy les vamos a contar la historia de un héroe de verdad, un campeón de la democracia, un psicópata dispuesto a todo para imponer las reglas de su país en cualquier territorio salvaje (como Francia) que tenga la osadía de contemplar otro estilo de vida: Mr. Freedom.

foto 00 (título)

La película, dirigida en 1969 por el fotógrafo de moda William Klein, no debe ser evaluada en los mismos términos que una película convencional pues es, ante todo, un espectáculo visual, y ninguno de los muchos defectos que pueden encontrársele niegan el magnífico trabajo de sus realizadores en ese sentido.


Un típico sheriff del sur de Estados Unidos guarda un secreto tras la enorme bandera que cubre la pared de su habitación: un disfraz de superhéroe, con el que se convierte en...

¡Mr. Freedom! Su primer acto oficial es irrumpir en la cena familiar de unos negritos tirando balazos y cantando su canción tema: "F-R-doble E-D-O-M se deletrea Bang Bang". Lo interrumpe el Dr. Freedom, que le habla con una alarmante noticia:

El Hombre Rojo de China planea convertir Francia en un estado comunista. El superhéroe acude al llamado sin perder tiempo y es recibido por un montón de jóvenes entusiastas de esos que abundaban a finales de los sesentas.

Mr. Freedom visita la embajada americana, que es sospechosamente parecida a un supermercado, donde recibe los detalles de su misión.

Antes de enfrentar al Hombre Rojo de China, Mr. Freedom visita a Mr. Francia, el superhéroe galo, que es un globo inflable custodiado por réplicas de él mismo que se colapsan apenas uno finge dispararles con un arma (apuntándoles con el dedo y diciendo "pum").

Mr. Freedom va al metro a enfrentar al Hombre de China. Ahí se topa con su antítesis comunista, el Hombre Mujik ("mujik" se le llama a los campesinos rusos, creo). No es el hombre que aparece en la imagen; nada más lo puse para aprovechar la captura.

El héroe se enfrenta con el Hombre Mujik (izquierda) y el Hombre Rojo de China (en medio... no Jesús, el dragón inflable). De hecho se enfrentan a palabras, pero cuando Mr. Freedom quiere retirarse se da un golpe en la cabeza con un letrero del metro, y queda inconsciente. Lo capturan.

Mr. Freedom es liberado por una bella chica comunista que se ha enamorado de él (si no mal recuerdo). Lo lleva a la azotea, pero no cuenta con la magnitud del compromiso de nuestro héroe con la libertado. La acribilla y escapa.

No se los había dicho, pero Mr. Freedom tiene un interés amoroso: Marie Madeleine, una agente francesa. Va a visitarla a su casa, donde conoce a un niñito que le tiene miedo y le dice que lo odia por las cosas terribles que hace. Mr. Freedom cae en una terrible depresión al darse cuenta de que el mundo no aprecia las cosas que hace para llevarles democracia, pero Marie Madeleine le ayuda a superarla.

Mujik Man y su ejército realizan un funeral para la compatriota a la que asesinó Mr. Freedom. Están decididos a detenerlo.

Durante todo este tiempo, los jóvenes franceses que le dieron la bienvenida a Mr. Freedom se han estado preparando como un ejército para pelear en su nombre.

El ejército de Mr. Freedom recrudece sus métodos: salen a la calle a destruir cosas y matar gente. Desde las azoteas Mr. Freedom dispara su ametralladora contra las multitudes.

Hasta que un día, el cuartel general de Mr. Freedom recibe la visita de los guerrilleros comunistas. Tras el enfrentamiento le quitan la máscara a uno de los caidos, que resulta ser...

Marie Madeleine. Era una agente doble. Sólo está herida, y alcanza a decirle a Mr. Freedom cuánto lo odia. Furioso, el superhéroe la ahorca. Decidido a establecer su mandato en Francia, el demente interrumpe la señal de televisión para ordenar al país que se rinda, o sufrirán las consecuencias.

La violencia continúa escalando hasta que, finalmente, Mr. Freedom retorna a su cuartel para descubrir que ha sido invadido y todos sus simpatizantes han sido masacrados.

Mr. Freedom hace estallar el edificio. Tras la explosión, recibe una llamada del Dr. Freedom que lo felicita y le explica que así tenían que ser las cosas, pues la gente no va a aceptar sus órdenes tan fácilmente.


En Pildorita de la Felicidad reconocemos una buena secuencia de créditos cuando la vemos. Utilizando nuestra habitual tecnología de punta, reproducimos íntegra la de Mr. Freedom para ustedes.

¿Es o no cierto que un poco de creatividad a la hora de hacer las cosas marca una enorme diferencia?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Esta rara no? ¿De casualidad no es su tío un tal Sam?

El respeto alderecho ajeno es la paz.

Saludos, Bomberito.

Lus dijo...

En que video rentas tus movies, esta ha sido la más rara hasta ahora....creo...