jueves, 19 de noviembre de 2009

Los malotes también lloran


Hoy analizaremos a más hombres que se empeñan en llorar pública y masivamente.

Sólo serán 3 videos, palabra, no queremos vomitar (otra vez).





Todos esperamos que un tipo como Enrique Iglesias llore. Es el comportamiento natural en una nena (con un culazo de vieja, ¡oh, sorpresa!) que se la pasa haciendo todo el santo día caritas, mohines y quejiditos, pero… ¿Wisin y Yandel?


Hasta donde tengo entendido en mi casi nulo conocimiento en materia de reggaeton, el par de escorias humanas mejor conocidas como Wisin y Yandel se las dan de malotes, de gángsters del tercer mundo, basuras peligrosas que se desenvuelven en los barrios bajos. Entonces, ¿por qué lloran ellos como Enrique? Supongo querrán una viejota como la Kournikova.

Ahora bien, luego de ver el video, no sé qué es más patético, que Enrique quiera dárselas de rudísimo reggaetonero (véase como agita sus manitas y su cabeza como un pandillero latino) o que Wisin y Yandel salgan muy malotes haciendo caritas de cachorros abandonados.





Así es, no sólo Wisin y Yandel son los únicos malotes que lloran. Nuestros siguientes llorones del día son estos pobres diablos. Por favor, presten atención a la letra de la canción, no tiene desperdicio.


¿Quién hubiera imaginado que los criminales del Cartel de Santa tenían su corazoncito? Mis vidas, que tiernos se ven. Difícil de creer que sean los mismos que cantan la poesía de Por atrás:

yo si me las voy si les chupo yo asta el culito
tu vas a ser mi puta y yo soy tu perrito
pa que pegues de gritos cuando te este chingando
tus vecinas sepan quien es tu perro malandro
el que te chinga rico me aleje del perico porque hace que falle el pito
de ves en cuando cuco si el cotorro es mas pesado
son un chapusero asta pa echarles un palo





Queda claro que el mundo de la música es un vasto terreno para las contradicciones, pero probablemente la más alarmante sea protagonizada por KISS, donde Gene Simmons, el demonio enviado por Satanás a la Tierra para reclutar almas descarriadas mediante el arte de escupir fuego y vomitar sangre, terminó cantando esto:



Si la canción les pareció demasiado maricona (y no lo digo por los violines y la orquesta), ojo al dato, tal vez sea porque el compositor fue Michael Bolton. No hay pudor, les digo.


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