jueves, 17 de junio de 2010

¿Quién será el verdugo de México?


Preguntémoselo al gran Jaime Bayly.




“Francia no es un equipo, es un hombre, Ribéry. Ribéry no es un hombre, es una criatura contrahecha, una cara en la que están dibujados los crímenes más abyectos de la historia humana. Su cara es un museo de la maldad y el terror. Esa cara pudo pintarla Picasso imaginando a los verdugos más sanguinarios del siglo. En su cara, como en el Guernica, hay gente que agoniza, madres que lloran con sus hijos muertos, la suma del sufrimiento humano. Esa cicatriz que rasga su rostro terrorífico es como un río en el que flotan cadáveres guillotinados. Sus ojos torvos resumen toda la miseria, todo lo que es y será innoble. Francia tiene entonces una estrategia simple: Ribéry te arrima esa cara espeluznante, te muestra el espantajo, te recuerda que será tu verdugo y que tu cuerpo mutilado flotará en su cicatriz pérfida y hedionda, y no hay rival que no salga corriendo espantado, chillando de miedo, presa del pánico, del pavor, de la demencia. Ribéry no juega exactamente con los pies, juega a sabiendas con la cara: te empuja la cara, te obliga a mirarla, y entonces los defensores, que son humanos al fin, flaquean, tiemblan, desmayan, sienten arcadas, huyen despavoridos. Por eso ha sido un mérito inhumano que los uruguayos planten cara a ese esperpento inhumano”.




“El arquero mexicano, ese enano rechoncho, ¿mide más de un metro? ¿Trabaja en un circo? ¿Es mimo? ¿O es sicario del cártel de Sinaloa?”



“Las pelotas que cabeceó la mula correntina de Franco tuvieron que ir a buscarlas al lago Tanganica, entre el Congo, Zambia y Tanzania”.




“Ese Aguirre, el entrenador, qué mala cara tiene, parece villano de una novela de Televisa, debe tener un aliento jodido a la pura enchilada. Malos los mexicanos, peores que los peruanos”.

3 comentarios:

Eduardo Huchin dijo...

Y después de todo ganó.

m4nu dijo...

con todo pudieron mas los sicarios mexicanos que el jodido villano ribery :D

Marita dijo...

Ribery no estaba tan feo después de todo.