jueves, 26 de agosto de 2010

La historia se repite o el beso de Judas




Empecé a posar para las fotografías, demorando lo más posible el momento en que, por sugerencia de los ejecutivos de Miss Universe Inc., debía tomarme una fotografía con el presidente del Comité Organizador de mi país. La petición me provocó el mismo efecto que causa recibir un puntapié en el hígado, pero también estaba consciente que no se trataba de causar una escena en ese lugar y en ese momento. No por ello dejaba de inspirarme repugnancia constatar la ínfima calidad moral de aquel sujeto. Durante varios meses no sólo se negó a brindarme el apoyo que necesité, sino que además me hostilizó abiertamente, presionándome para que claudicara, amenazándome con arrebatarme el título nacional que gané a toda ley, buscando siempre la manera de ponerme piedras en el camino. Y ahora que todos sus afanes destructivos habían sido rebasados por el inobjetable y transparente triunfo, el señor estaba ahí, monumento viviente al acomodatismo y la desvergüenza, esperando el momento para felicitar a la ganadora y retratarse junto a ella.


- Lupita Jones (
Palabra de Reina “Un testimonio valiente y veraz sobre los concursos de belleza”, Editorial Planeta, 1993, página 114)


No hay comentarios.: