martes, 17 de mayo de 2011

El Nacimiento Anal de Beto

Faltan dos minutos para que termine el Día Internacional Contra la Homofobia, o el Día de la Diversidad Sexual, o como quiera que le hayan puesto al día en que en que presumimos lo civilizados que somos al concederle el beneficio de la existencia a los miembros de una minoría que, pese a todos sus esfuerzos, hoy por hoy sigue siendo la más ampliamente repudiada (¡qué orgullo!) por muchas personas de las que hoy podemos sentirnos superiores.


En honor a los putos malvados del pasado, a quienes nunca les cruzó por la cabeza la idea de casarse y adoptar un niño de cada raza (a menos que fuera para iniciar una red de prostitución infantil), les comparto la horripilante escena titular del videocassette "The Anal Birth of Bert":

Está un señor chupándole su pollo a otro señor en un calabozo..

...cuando de repente cae al suelo, víctima de intensos dolores abdominales.

Los otros señores del calabozo lo ayudan a llegar a un columpio...

...donde inmediatamente es atendido por un pelafustán vestido de médico.

¡Es el milagro de la vida, justo ahí, en el culo del señor! ¿Cómo no le iba a doler todo, si tenía tremendo muñeco incrustado en lo más profundo de su ser?

¡El calabozo está de fiesta! ¡Ha nacido un pervertido!

El señor gime como una bestia malherida mientras abraza con ternura al fruto de sus entrañas.

El doctor limpia con cuidado al recién nacido. Es Beto, de "Plaza Sésamo".

El papá de la criatura, un chantul desdentado, lo mira con orgullo y le pone su primera ropita de cuero.

¿Fin?


No, ojalá fuera el fin. Luego de este encanto sigue la peor escena del video, de la que no me voy a poner a tomar capturas de pantalla porque no me quiero vomitar, pero se las voy a describir de todos modos porque soy muy malvado (no lo leas si no quieres asquearte):


Sale un anciano vestido de mujer, un gordo vestido de mujer, y otro gordo barbón vestido de motociclista. Llega un ente sin rostro, se pone en cuatro patas delante de los demás. El motociclista le mete el antebrazo en el fundillo sin el menor miramiento. El gordo vestido de mujer le mete el brazo entero (casi hasta el hombro) en el fundillo sin el menor miramiento. Hay caca (o algo que parece caca). El ano del hombre sin rostro cuelga como un calcetín viejo. Lo mete y lo saca a voluntad. Cuando lo saca, parece que está gritando. El motociclista le mete unos consoladores enormes que entran como si nada, y unos pepinos que luego le dan de comer al anciano (o más bien, con los que luego atragantan al anciano). El motociclista le mete una botella de Hershey's líquido. El anciano sumerge la cara en el batidero. El gordo vestido de mujer sodomiza al anciano. Quito la película y me pregunto por qué estaba viéndola. Supongo que por lo mismo que tú estás leyendo esto (a menos que estés leyendo porque pensabas que iba a retomar el tema del Día Contra la Homofobia en algún momento, lo cual, como verás, no pasó.).

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