jueves, 23 de junio de 2011

Soy del Peñarol desde la cuna





Poco o nada sé del fútbol uruguayo. Más específicamente de su liga, porque de la selección celeste, sí que sé algo. Sus jugadores están regados en las mejores ligas europeas y cuando se clasifican al Mundial, imposible no apoyarlos. Admiro su garra, el amor propio que tienen. Pero estaba hablando de su liga, de la cual no sé nada, o muy poco. Y lo poco que sé, se resume al Peñarol. Ese equipo histórico que los últimos años (por no decir décadas) estuvo sepultado en el olvido a nivel internacional. Hasta ayer.






Les digo que no sé nada del fútbol uruguayo, sin embargo, al ver la final de la Copa Libertadores, mi corazón se pintó de amarillo y negro. Y palpitó (involuntariamente) muy fuerte. Poco importó que no conociera a ni un solo jugador charrua. Por desgracias, y como suele ocurrir con los equipos que apoyo (en especial cuando se enfrentan a los brasileños), perdieron.






No olvidaré a esta generación del Peñarol (año en el que los Pumas y el Barcelona salieron campeones). Habrán perdido, pero eso sí, qué hermoso uniforme tienen. Impensable que en pleno 2011 un club de fútbol no tengan publicidad en la playera.






En cambio, vean la mítica camiseta del Santos, la misma que portó el Rey Pelé. Miren qué horrible. Qué sacrilegio. Parece una camisa de Fórmula 1. Y yo que pensaba que el Puebla era el equipo con más patrocinadores del mundo.






Ahora que lo pienso, rascando en el subconsciente, quizá aquí esté la respuesta del por qué cada que veo al Peñarol se me eriza la piel.






De mi oscuro pasado en los Legionarios de Cristo, el fútbol era lo único rescatable. Desde pequeñitos nos inculcaron la garra charrua.





Con este disparo descalabré a una señora.

1 comentario:

Karate Pig dijo...

Rodrigo

Si tuvierasalguna mínima idea del fulbo uruguasho, hincharías por el Centro Cultural y Deportivo El Tanque Sisley

Lo de penharol contra el equipo de Edson "Yo debuté con un pibe" Pelé, fue bastante digno, sobre todo la tángana al final con el sello de la garra charrúa